MOVIMIENTO DEL ALMA
Registrate hoy al taller Movimiento del Alma y comparte tus historias
Quienes participan de las Instancias de Taller a modo de integrantes, y quienes presencian la puesta en escena, accederán al encuentro consigo mismo, su memoria, familia, barrio, comunidad, rescatando una toma de consciencia, en función del hecho que somos parte de un entramado, de un tejido sociocultural, el cual se va construyendo paso a paso, a nivel de la comunidad.
En suma, un producto de taller que aborda el interés de fomentar y promover, instancias de intercambio inter-generacional, en el marco de un entrecruzamiento de Historias de Vida, en un compartir con otros, la propia identidad y a la vez, una identidad colectiva de pertenencia e identificación.
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“…veras, todo lo que necesito es un susurro, en un mundo que no hace más que gritar…” – Passenger
Susurrar poesía es una experiencia poética que nace en Francia en el año 2001 con “Les souffleurs” de Oliver Compte, un excéntrico grupo francés que tiene como consigna utópica y fundamental trabajar en pro de la desaceleración del mundo. Silenciosos y elegantes, siempre vestidos de negro, irrumpen en espacios públicos (bibliotecas, eventos, exposiciones, embotellamientos, filas de espera) para decir al oído de quien lo desee un fragmento o un breve poema a través del “ruiseñor”.
Los ruiseñores son tubos (como los de tela que se tiran en las sederías) de longitudes que varían entre 1,40 y 1,80 cm y que son decorados por el susurrador.
Se les da el nombre de ruiseñor a estos tubos evocando el nombre de un pájaro común en Europa y Asia, mundialmente conocido por su habilidad para cantar.
En Argentina, los susurros llegaron en 2007 a Bahía Blanca, de la mano de Mirta Colangelo, maestra normal nacional quien se especializó en Literatura infantil y juvenil, siendo reconocida como “la maga de los susurradores”
Desde allí sigue expandiéndose de forma exponencial.
Mirta se definía a si misma como una “educadora por el arte” explicando:
“…trabajo por la educación a través del arte. Creo que vale la pena intentarlo, si el arte estuviese en la educación, otro sería el mundo, ya que se respetaría la palabra. Cuando sea el arte el que ataque y no las bombas las cosas sin duda florecerán.”
Lugar: Centro Cultural de Florida
Vestimenta: de color negro con el distintivo de pañuelo de color
Susurradores: tubos de 60 cm en adelante decorados personalmente
Artículos personales: libreta de susurros en algún bolsillo
Horario: a definir de acuerdo a la actividad del día.
Susurradores hechos por las integrantes del taller “Movimiento del Alma” para intervención en el Centro Cultural de Florida 2018